¿Puede prevenirse la EA? Esta es una pregunta frecuente de los hijos del paciente, y es difícil responder, sobre todo si nos planteamos la posibilidad de que la EA sea parte de nuestro ciclo de vida. Se ha dicho que el uso de estrógenos en la mujer postmenopáusica normal podría retrasar el desarrollo de una EA; lo mismo se ha planteado con respecto a los antiinflamatorios, a los antioxidantes, y al Gingko biloba, sin que existan conclusiones claras.
Ya hicimos referencia a la importancia de la actividad, lo que junto a la evidencia epidemiológica de que la educación disminuye el riesgo de demenciarse permite suponer que si nos mantenemos intelectualmente activos podríamos prevenir la EA en alguna medida. La actividad física y el buen estado general también serían relevantes, sobre todo si recordamos que con frecuencia en la EA existiría un componente vascular.
Si estas medidas fallan, es importante hacer el diagnóstico de EA en forma precoz. Esto nos permite iniciar la terapia con mejores expectativas de rendimiento; y evita las complicaciones derivadas de los errores del paciente y de los conflictos con su familia. En el caso de las personas que asumen el diagnóstico, les permite ejercer su autonomía con respecto a las medidas a tomar en el futuro. Después, no nos queda sino haber sido previsores en lo económico y contar con el afecto de los que nos rodean.
Otro punto importante es reducir el estres, actividad física y buenas relaciones familiares.
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